20220208161220 - El arte de simplificar lo complejo
Consumir contenido sencillo es fácil. De hecho, es tan fácil, que podemos engañarnos a nosotros mismos con la idea de que podríamos haberlo explicado así de sencillo antes de consumirlo. Pero hacer que un texto, un concepto, o una idea luzca sencilla y sea fácil de digerir: es complejo.
Será cierto que nuestra mente es un producto maravilloso, fruto de millones de años de evolución y capaz de crear grandes cosas: tiene sus límites. Y de hecho, tiene muchos.
Hablemos sobre un de los límites más obvios: la memoria de corto plazo. La memoria de corto plazo de una persona promedio puede retener de 5 a 9 elementos a la vez. Y si no hay repaso o repetición, pronto se desvanecerán de nuestra memoria.
Nosotros utilizamos nuestra memoria de corto plazo para combinar ideas pequeñas y sencillas en una más compleja. Para experimentarlo, podrías intentar resolver el acertijo de Einstein. Te darás cuenta que resulta extremadamente complicado resolverlo con sólo la mente. Más quizá, haciendo una tabla con papel y lápiz, puedas llegar a la respuesta con mucha más facilidad.
Si ahora buscas en internet un tutorial para resolver el problema de Einstein, al verlo quizá te de la impresión de que está muy fácil. Pero ahora sabes, por experiencia propia, que elaborar una explicación que lo haga lucir sencillo: es complejo.
En la vida me encuentro seguido con muchos problemas complejos. Pero trato de no romperme la cabeza tratando de resolverlos tal como están presentados. Cuando hay tiempo, rompo el problema grande en muchos problemas chiquitos. Y si los pedazos son aún grandes (complejos) vuelvo a partirlos. Cuando eso no es suficiente, entonces busco analogías, metáforas, o ejemplos que me ayuden con los pequeños problemas. Y aunque todo esto se dice en pocas palabras, a veces toma muchas horas.
Referencias
1. 20220208162421 - El acertijo de Einstein
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