20220208154700 - De pocas palabras
Twitter nos deja escribir un máximo de 280 caracteres por tweet. Los SMS tienen una longitud máxima de 160 caracteres. Facebook trunca las publicaciones con más de 477 caracteres. Y así, cada plataforma limita nuestra capacidad de expresión a las frases cortas.
Yo se que los textos largos no captan tanto la atención de la gente. Pero, ¿que hay de los que escribimos para nosotros mismos? ¿qué hay de la gente que sí le gusta tener una lectura más larga? ¿qué tan completa o compleja puede ser una idea expresada con tan poquitas palabras?
Si bien, hacer un esfuerzo de síntesis y resumen es un buen ejercicio didáctico, quizá no lo sea para guardar todos los detalles de nuestro interés. Por ejemplo, creo que no podría capturar en un tweet lo mucho que me gusta mi café favorito, ni explicar porqué es mi favorito. Tampoco podría explicarte un chisme completo de lo que pasó hoy en la oficina con un SMS.
Ciertamente, también está el correo electrónico y las aplicaciones para tomar notas. Pero estas herramientas son para comunicarse de forma directa con otra persona, o sólo para exportar algo de nuestra cabeza a un medio que le podamos confiar más que nuestra memoria de corto plazo.
En fin, afortunadamente aún nos quedan estos blogs. Debo confesar que sus interfaces para escribir no son mis favoritas: se requiere mucho esfuerzo para agregar formato al texto, es complicado agregar tablas, toma mucho tiempo darle formato al contenido gráfico, etcétera. Pero bueno: me deja escribir tanto texto como yo quiera.
Por cierto, si ya llegaste hasta aquí, ya superaste al ciber-lector promedio. Los lectores promedio se cansarán rápido de un texto largo. Y abandonarán su lectura cuando hayan avanzado tanto como los límites que las redes sociales les han acostumbrado. Así que: somos unos rebeldes. Yo escribo tendido y tú lees bien enfocado.
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