La diferencia entre almacenar información y ganar sabiduría

20200524193720

La diferencia entre almacenar información y ganar sabiduría

Algunos libros que tenía en la estantería de mi habitación.

Cuando era un niño y por fin tuve acceso al internet, me hice de un vicio del que todavía me toma esfuerzo librarme: acumular recursos. Si encontraba un artículo interesante: lo copiaba y lo guardaba en algún documento en mi computadora. Si encontraba una imagen de un bonito paisaje: lo guardaba en mi carpeta de imagenes. Si encontraba una aplicación que podría serme útil más adelante: la ponía con las demás de la colección en la carpeta correspondiente.

Después me salió otro vicio más peligroso: el de la ilusión de haber entendido la información que coleccionaba. De manera inconsciente, mi mente fabricaba la ilusión de ser una experta en algún tema del que habría guardado muchos recursos. Por ejemplo, quizá me habría sentido como un erudito de las matemáticas por haber guardado más de 30 libros de cálculo, o de análisis complejo. Pero obviamente esto no era cierto. En realidad, varios de los libros que he guardado jamás los he vuelto a leer.

Con el tiempo me volví en un acumulador ignorante. Y darme cuenta no fue agradable, pero fue necesario. Ahora resisto la tentación de guardar la información que no haya procesado a consciencia. Y para asegurarme de que así sea, comencé a hacer pequeñas síntesis de la información que guardo. Eso me impide guardar todo lo que veo (porque es difícil sintetizarlo todo), y me forza a entender lo que percibo. La síntesis demanda poner en mis propias palabras los conceptos que extraje del recurso en cuestión.

Estas síntesis las guardo en mi archivo de notas. Así puedo refrescar mi memoria utilizando mis propias palabras. Además, las síntesis van acompañadas de un enlace al que puedo dirigirme para tener acceso a la fuente original de la información. Así me evito la pena de tener que eliminar recursos con frecuencia cuando la capacidad de almacenamiento de mi archivo está por quedar rebasada.

Estas "notas de síntesis" o "notas de referencia" también fueron utilizadas por Niklas Nuhmann [1] en su sistema de notas Zettelkasten. Él, además de mejorar su comprensión lectora, utilizaba estas notas para evitar cometer plagio en sus trabajos de publicación. Pues con las notas podía saber qué ideas eran originalmente suyas, y cuáles venían del trabajo literario de alguien más.

Referencias

[1]: Cómo hacer notas inteligentes, por Sönke Ahrens (ISBN: 9781542866507).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

10 palabras valen más que una imagen - 20240526223027

20220208192042 - Los modelos abstractos: sólo una cara del diamante

20220214085408 - El reto de hacer amistades nuevas en la vida adulta